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La calibración es un paso muy importante en el proceso de gestión de performance. Es el momento en que los gerentes se reúnen para discutir las calificaciones dadas, para garantizar que la escala utilizada es la misma que la que se usa en el proceso de evaluación de desempeño.
Pero, ¿por qué eso sería relevante? Porque es difícil mantener exactamente el mismo estándar de evaluación a lo largo del tiempo, y es común ser muy severo en algunas ocasiones y perdonar varios errores en otras.
De esta forma, el sentido de justicia se mantiene durante todo el proceso y ningún colaborador se sentirá “perjudicado” por una incongruencia.
Esta etapa puede tener diferentes nombres en las organizaciones; puede llamarse, por ejemplo, Comité de Personas. Pero en general, se llama simplemente calibración.
De cualquier manera, hay que tener en cuenta que es el momento en el que los gerentes se reúnen para discutir el desempeño de los empleados y ponerse de acuerdo sobre el resultado de la evaluación.
¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE LA CALIBRACIÓN?
- Capacitar a los líderes para comprender y evaluar mejor las clasificaciones del desempeño;
- Dejar claro cuáles son los comportamientos que valora la organización;
- Aumentar el sentido de justicia del proceso;
- Debatir casos críticos y difíciles de evaluar;
- Identificar a quienes tienen low performers y high performances;
- Utilizarla como herramienta para la toma de decisiones de Personas;
- Hacer más coherentes las evaluaciones a medio y largo plazo.
Por lo tanto, nunca debemos saltarnos esta etapa. Debe ser parte de lo que llamamos “ciclo de performance”. (lea el artículo Ciclo de Gestión de Performance, para saber más)
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