En las empresas en general, los OKR se monitorean con dos frecuencias diferentes: anual y trimestral. Esto se debe a que la mayoría de los indicadores necesita una cantidad considerable de tiempo para cambiar.
Por ejemplo, no tiene sentido monitorear la performance semanalmente si no podrá observar ningún cambio en tan corto plazo. Es un desperdicio de la herramienta.
Los objetivos de la empresa normalmente se definen anualmente. Mientras que los individuos y los equipos establecen sus OKR trimestralmente.
Los OKR de la organización son direccionales. Es decir, establecen la dirección que debe seguir la empresa, determinando la asignación de los esfuerzos de todos los empleados. Por lo tanto, al ser más globales, estos indicadores necesitan un mayor intervalo de tiempo para medirse correctamente.
Los OKR de equipo son tácticos. Es decir, determinan las actividades relacionadas con el equipo, que se deben realizar de forma más inmediata. Por lo tanto, al ser locales, el período trimestral tiene más sentido. Después de todo, los ciclos de revisión más cortos les permiten a las organizaciones cambiar de dirección si las tácticas no están impulsando el progreso.
De esta forma, debemos entender que no podemos tratar los indicadores como si fueran solo un OKR. Además, no queremos obligarlo a realizar el seguimiento en las frecuencias mencionadas, es decir, anual o trimestral.
¡Por el contrario! Esto es solo una guía: las adaptaciones a las particularidades de la empresa son normales y deben hacerse. Nosotros mismos en Mindsight monitoreamos algunos OKR cada seis meses.
Entonces, si está en una empresa muy dinámica y de rápido crecimiento, debe considerar que las metas son muy cambiantes. Una buena estructuración de los indicadores puede mantenerlo encaminado cuando sus objetivos comerciales están cambiando.
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